Y después de
tantos calendarios, alegrías, encrucijadas
tras largos
desvaríos, atinos, desaciertos
luego del
naufragio de la dulce abuela,
de la
tristeza inmóvil de la madre ausente
del adiós
inmensurable de los amigos viejos.
luego del
navajazo inevitable del hijo que parte
las arrugas
insolentes arrimadas a los ojos
el sueño
traicionero, la fuerza que se escapa.
Luego de
luminosas noches con lobos y fogatas
de
amaneceres silenciosos, mares, islas,
frágiles
nombres asidos a la memoria
luego de las
lágrimas dolientes, la risa despeinada
el canto
perpendicular de hojas y de estrellas.
Luego de
innumerables cielos
de abrazar a
tantos y despedir a muchos
de sembrar
horizontes, de cosechar mariposas
de caer en
la derrota y llorar lo perdido
después de
esto, de eso, de aquello
después del
ayer irrecuperable
ante el hoy
maravilloso de mis dedos
te arrimas
vida mía a esta butaca de marzo.
Bordada,
alegre, sideral
llegas con
tu pestaña enamorada
golpeas el
ciclo de mi ahora
y eres la
lúcida tonada, el faro indomable
la semilla
de fuego, el absoluto amor.
Nada puedo
esperar sino tus persianas abiertas
tu leve
retumbar entre los cabellos del sol
tibios
caballos de luz, cálidos peces del alba.
sin duda,
sin afanes, sin remolinos de polvo
me aferro a
tu frío, a tu congoja
me ato a tu
cintura de mujer bonita
sumerjo mi
horizonte pardo
en la espera
de siembras estelares
de jolgorios
incalculables, de silencios empozados.
A pesar de las
fisuras del alma
de las manos
arrugadas, de la soledad perpetua
de este
encierro transitorio, de estas muertes que no cesan
de las voces
apagadas o la luna dormida
te abrazo
vida mía sobre mi faz contrita
donde soy la
tierra inacabable
el ferviente
tambor de la esperanza
el verde
tiempo de los niños y las madres.
Bajo esta
frazada de marzo
te bendigo
vida en tu fugaz certeza
donde cae
dormida la pluviosa noche.
Rowny Pulgar
Noboa