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sábado, 12 de octubre de 2013

¿Despenalizar el aborto?



Frente a las nuevas reformas que se pretenden instaurar en el Código Penal ecuatoriano, surgió la propuesta de legalizar el aborto como un derecho de la mujer. Diversos grupos feministas respaldaron esta opción, sumándose además legisladoras de oposición y de la misma bancada oficialista, quienes de manera frontal encaminaron sus esfuerzos por tal reforma; incluso en el seno de la Asamblea Nacional, dos mujeres activistas decidieron desnudarse parcialmente en señal de apoyo a esta posible legalización que es bandera de lucha de ciertos frentes femeninos. 

Si bien es cierto que el tema del aborto se califica de polémico y son muchas las connotaciones que supuestamente lo defienden, también existe el criterio irrebatible de la defensa de la vida como bien inalienable de toda persona, derecho que le asiste desde el momento de la concepción. Ninguna mujer podría hablar entonces de un derecho personal, cuando no es su vida de la que se está hablando. Se debe entender que el hecho de portar en el vientre a una criatura  no permite a la mujer la opción de decidir sobre el futuro del nuevo ser. Más retrógrada aún la idea de optar por el aborto como modo de regular la cantidad de hijos o los intervalos de estos en la existencia femenina, normativa aceptada en formas del derecho internacional, pero, que bajo ninguna perspectiva es lógica ni humana. Hay otros que aceptan el aborto en el caso de posible deformación congénita de los bebés por nacer; y con el argumento de que estos no sufran, les propinan la muerte, sin recordar a los miles de individuos con capacidades especiales diferentes que en el mundo nos enseñan a ser más completos, más personas, más humanos.  Frente a los casos de violación, solo nos quedaría meditar en lo siguiente: ¿un mal puede ser subsanado por otra forma de mal?

Queda además el sinsabor de observar a valiosas mujeres atrapadas en un torcido feminismo, donde a cuenta de una mal entendida igualdad, dan paso a procederes inauditos. La mujer de este siglo y desde el inicio mismo de la civilización ha demostrado que es tan valiosa como el varón. Sus habilidades, su capacidad de amar, su perseverancia, sensibilidad y robusta delicadeza son la plataforma en que los pueblos se han sostenido para ser más sensatos. Es verdad que aún persiste un machismo acosador y una actitud agresiva en contra de las féminas, acciones que deben ser combatidas con más severidad, pero estas actitudes también son avivadas por ellas, tal es el caso de la acción de las dos damas, que en esta semana, a manera de inconformidad, retiraron sus prendas de vestir en la Asamblea Nacional. No es que nos asustemos o asumamos una actitud de beatitud, pero, entendemos que el intelecto, la fortaleza, la argumentación femenina no pueden ser sustituidas por la exhibición de sus cuerpos, que bajo ningún concepto son objeto de comercio o instrumento de negociación.

Sobre el tema, el Presidente Correa fue severo al manifestar que estaría dispuesto a renunciar a su cargo si se despenaliza el aborto, acierto que aplaudimos y que no lo entendemos como táctica previa a elecciones, porque la defensa de la vida es deber ineludible de todo ser humano, con más razón si este es un líder de multitudes. Esperemos que nuestro gobernante siga considerando, con el mismo buen juicio de esta vez, las futuras reformas que en bien de la justicia y la democracia plantee el nuevo Código Penal Ecuatoriano.     

¿Y qué pasó con el Teatro de la UNACH?



Tras años de requerimientos y aspiraciones de un buena parte de la comunidad riobambeña, en el mes de mayo de 2013 participamos con honda complacencia de la inauguración del  teatro–auditorio de la Universidad Nacional de Chimborazo, obra construida con buen sentido y apego a normas necesarias de seguridad, funcionalidad y estética. Los pasados vientos de desidia, desdén cultural, reinantes en la urbe parecían tomar nortes diferentes, más aún cuando desde el lunes 17 al viernes 21 de ese mismo mes se vivió una semana cultural intensa que daba paso a imaginar un nuevo devenir cultural para nuestra relegada ciudad.

Se dio el primer paso, un loable inicio digno de encomio para quienes fraguaron y empujaron esta iniciativa truncada tantas veces por un imaginario que desdeña el arte, una masa atrapada por la veleidad, que se contenta con espectáculos grotescos, ramplones o insultantes menospreciando así la calidad artística. En una semana de historia, el “tablado” del alma mater, recibió destacadas participaciones, así: Quito 6, ensamble cameral que destacó con sus interpretaciones el trabajo de valiosos compositores del país, la Orquesta Sinfónica y el Ballet Nacional del Ecuador, el trabajo cinematográfico de  María Fernanda Restrepo, quien con su documental, “Con mi corazón en Yambo”, volvió a recordarnos una lucha que no concluye, y como cierre a estos destacados eventos, el humor de Las Marujas arrancó aplausos a una audiencia que por ese día abarrotó el auditorio. 

Al parecer Riobamba contaba con su recinto cultural, con su teatro auditorio, que pese a las trabas o restricciones generaría pretextos para un nuevo comportamiento social, mas, han pasado meses desde este aclamado comienzo y hoy solo se destaca la soledad de una infraestructura arrimada al olvido. Es verdad que lo cultural en nuestro medio es poco rentable, si lo traducimos a términos económicos, pero esta es la inversión imprescindible para el bien de las generaciones jóvenes. Por el mejor porvenir de ellas debemos destruir el ostracismo mental, la ignorancia, la insensibilidad artística y crear espacios suficientes donde descubran la estética de la música, la danza, el teatro y más artes. Un pueblo, una ciudad es desarrollada en medida de la civilización de su gente; la barbarie desecha la belleza de las formas, los sonidos, los movimientos y se contenta con lo irreflexivo formando así lo que Vargas Llosa califica como “La Civilización del Espectáculo” donde "las estrellas de la televisión y los grandes futbolistas ejercen la influencia que antes tenían los profesores, los pensadores y (antes todavía) los teólogos".   

Confiamos en la agudeza administrativa de quienes están al frente del buen uso de este recinto. Confiamos en que la visión universitaria apunte a criterios inteligentes, propiciando que este sea el lugar continuo y permanente donde los artistas tengan la oportunidad de compartir su talento, que este sea el templo cultural a donde recurran autores, compositores, virtuosos que trabajan por Riobamba y el Ecuador; confiamos en que no se cierren puertas a gestores culturales  que generan propuestas y eventos de real aporte educativo con el retrógrado criterio de fomentar únicamente presentaciones con mero fin de lucro.

lunes, 16 de septiembre de 2013

La generación facebook



La tecnología contemporánea es uno de los grandes avances del conocimiento humano, lo que para épocas anteriores era ficción, hoy es una realidad absoluta que rota el estilo de vida de la humanidad en todas las esferas del planeta. Nadie puede discutir sobre los ingentes beneficios que estos inventos aportan; todos, de una u otra manera, somos beneficiarios de las innovaciones cibernéticas que facilitan los negocios, el estudio investigativo, la práctica médica, entre otras áreas. Queramos o no, mediante esta tecnología, somos parte de una globalización que  incluso ha desvanecido fronteras y confrontado culturas.  

Frente al nuevo vivir surgen forzosas interrogantes sobre el comportamiento de las generaciones actuales ante estos cambios y se desprende la honda preocupación sobre su situación presente y futura. Entre las innovaciones tecnológicas, la red de internet ha eliminado la distancia física; podríamos aseverar que la eficiente comunicación es su gran conquista; al mismo tiempo surge la inquietud por la cada vez más volátil y difícil manera de profundizar en los mensajes que comparten los internautas, quienes condicionados por el mensaje corto, el emoticón o breves signos, se limitan a generalidades comunicativas que a la larga disminuyen la capacidad para expresar pensamientos o emociones. Muchos niños y jóvenes contemporáneos denotan dificultad para expresarse, iniciar una charla o emitir argumentos sólidos sobre temas por demás generales.  En el caso de facebook, este se concibe como un espacio aparente de mejora en las relaciones interpersonales. ¿Hasta qué punto esto es una certeza?, si por lo general gran parte de los cientos o miles de amigos virtuales no pasan de ser una imagen falsa. La emotiva plática rostro a rostro se ha suplido por una pantalla, que nos conecta de manera fría con el otro interlocutor a quien no se ve porque la mayoría de enlaces se lo hace por chat, siendo la webcam una forma poco utilizada. Junto a este quiebre emocional del diálogo presencial, está el  espacio excesivo que se invierte en esta red social, tiempo mermado para actividades vitales como: el estudio, el juego, las prácticas deportivas, el dialogo familiar. En los hogares actuales sus integrantes son islotes abstraídos de la realidad; están juntos y a la vez están solos, embebidos por cualquier dispositivo electrónico que los controla e hipnotiza y esta abstracción no es exclusiva del hogar, se extiende al ámbito laboral causando disminución en la efectividad del trabajo junto a incalculables pérdidas económicas, porque el tiempo desperdiciado en actividades inútiles jamás se recupera.  

¿Es el hombre quien controla la tecnología o esta es quien ha esclavizado a la humanidad? Humanidad cada vez más superficial, sin identidad, aislada y egoísta. El buen uso de los avances tecnológicos permite el desarrollo social, pero su utilización inadecuada puede ser causa de ruptura de toda una civilización. Frente a estos retos deben surgir nuevas actitudes, por ejemplo, en los hogares debe dosificarse el uso de internet y el acceso a redes sociales, que hoy por hoy son una droga emocional. Si como padres nos dejamos ganar por el permisivismo y la comodidad seremos los grandes culpables del deterioro de nuestros hijos a quienes debemos alentar y plantear otro tipo de actividades a la vez que los guiamos en la crítica y el discernimiento para que no sean blanco fácil de la oleada de mensajes o ideologías negativas que se difunden en la red.            

domingo, 8 de septiembre de 2013

Un nuevo año escolar

Luego de la primera semana de actividades escolares en la región sierra continúan las incertidumbres sobre el real resultado de todas las innovaciones educativas propuestas por el gobierno central. Se destacan mejoras en infraestructura, presupuesto, currículo, gestión administrativa y más cambios que de hecho eran necesarios para el avance de la educación ecuatoriana, pero, lastimosamente, lo que se contempla en lo cotidiano no  refleja el tan mentado progreso educativo. La última odisea vivida por cientos de padres de familia en busca de un cupo para sus hijos, genera incontables historias colmadas de indignación e impotencia; luego de  esta primera semana de clases, aún sorprende mirar filas de personas que pernoctan frente a las puertas de las oficinas educativas con el fin de hallar un establecimiento para educar a sus vástagos. Para muchos, esto podría ser trivial, pero devela inoperancia, desacierto en una gestión educativa que se suma a tantos otros deslices, como la horrenda burocratización en que ha caído la labor docente, sujeta ahora a completar informes, formatos y absurdos papeleos que merman espacio para una mejor actividad académica.  Qué decir de la cruenta jornada de trabajo que soporta un docente, quien agotado física y mentalmente luego de una mañana completa frente a sus estudiantes, se ve obligado a mal alimentarse y completar un horario laboral inconsecuente con el quehacer de este ámbito profesional. Cada profesión tiene sus características y  requerimientos que la hacen única y que exige habilidades, tiempos y funciones específicas. Por esto, a quienes muchas veces tachan de inocua o desidiosa la labor del educador, les invitaría a realizar la actividad y comprobar realmente lo que implica ser docente y pararse diariamente en las aulas para llevar adelante un trabajo que no cualquiera puede realizar.  

Se habla también de una educación del milenio, donde la tecnología, lo audiovisual, lo informático son parte ineludible del entorno pedagógico, mas, se olvida que la educación no la hacen las máquinas. Una institución educativa no es mejor por la cantidad de computadoras o pizarras electrónicas que la adornan. Estas son ídolos de barro que se despedazan cuando no existe el personal calificado que las maneje con eficacia; por esto, los docentes deben ser capacitados, deben ser exigidos en su labor, pero con criterios lógicos, y junto a ello deben recibir una remuneración que dé valor a su tarea y no sean víctimas de explotación o abuso. En el caso de los docentes fiscales, sus inadecuados salarios y categorías permanecen congelados desde hace años; peor aún, los educadores que laboran en establecimientos particulares, los grandes olvidados del sistema, sobre quienes recae la presión y la represión de patronos, quienes, a sabiendas de la baja oferta de empleo que existe en Ecuador, obligan a estos docentes a laborar bajo injustas condiciones y con la constante amenaza del despido.       

Al finalizar este año lectivo contaremos con la primera promoción del Bachillerato General Unificado a nivel de país; allí podremos valorar los resultados y apreciar si los cambios curriculares fueron planteados desde nuestra realidad como país, con miras a un verdadero conocimiento investigativo, crítico y libre, u obedece a intereses sectarios que ocultamente pretenden hundir al pueblo en la sumisa ignorancia.  Esperemos además que las nuevas promociones de bachilleres puedan optar por sus verdaderos intereses profesionales y no sigan siendo presa de lo fortuito, del “qué más me toca”, porque hasta hoy muchos estudiantes se han visto forzados a cursar carreras que nunca quisieron y  ello en el futuro será causa de inestabilidad e ineficacia laboral.  

Iniciar un nuevo ciclo académico implica aspiraciones, propósitos, esperanzas. Las generaciones adultas, los viejos que estamos al frente de tantos niños y jóvenes tenemos la responsabilidad histórica de velar por el bienestar de quienes vendrán luego a ocupar nuestros sitiales; tenemos la obligación de legar testimonio de honradez, prudencia y trabajo para que ellos alcancen un país mejor del que vivimos.  

jueves, 7 de marzo de 2013

Sobre la necedad y otros desvaríos

Una vieja leyenda refiere la vida de un rey que en cierta ocasión pidió a uno de sus sabios entregar una caña de bambú al hombre más tonto que encontrase. El fiel siervo, luego de recorrer largo tiempo en busca del elegido volvió un día al lecho del rey y lo halló sumamente enfermo. Al contemplar al monarca, el hombre vio como este lamentaba tener que dejar este mundo donde cuantiosas posesiones había acumulado, el rey sentía dejar trono, fama, privilegios, y se aferraba con desesperación a ellos. Ante esta actitud el erudito dio por terminada su búsqueda y entregó la caña al mismo rey. 

No es extraño vislumbrar en el mundo actitudes desorbitadas, cínicas y extremas en personas que por sobre la mínima lógica quieren mantener su poder o servirse de este para satisfacer su ego. A través de la historia, monarcas, emperadores, presidentes y más individuos que han ostentado el poder no han reparado en medios para perennizarse en él. No han escatimado el sacrificio de pueblos enteros, la muerte de innumerables inocentes; en muchos casos se han valido de la violencia, el engaño, el fraude y más artimañas que validen su posición; han resultado victoriosos en sus artilugios, mas, al momento de enfrentar la única e inquebrantable justicia humana, al instante de la llegada de la enfermedad y la muerte ya no hay treta que funcione, ya no hay enmienda, fraude electoral, engaño informático ni acuerdo o conveniencia que salve al desdichado. 

Aun así, la necedad de quebrantar el orden natural, la pertinacia de desafiar lo inevitable, torna a esta clase de individuos en incorregibles maniáticos. Su obsesión por la fama, el poder, los ha quebrantado al punto de perder su misma dignidad de seres humanos, al punto de ni siquiera acceder con decoro, con honor al solemne encuentro con la muerte, que nos guste o no, debe invitarnos a reflexionar sobre el buen legado que dejamos, sobre lo correcto que hacemos, no para beneficio personal sino para el bienestar de otros. 

Y alrededor de estos actos e individuos se hallan otros seres, más despreciables aún, quienes a manera de carroñeros rondan al necio para recoger lo que acumuló, para seguir el legado de insensatez y convertirse en los futuros necios. Incluso no reparan en volver sobre los huesos del caído para hacer de estos un símbolo de martirio y así alimentar mentiras que los mantengan en el poderío. Luego de la muerte de uno de estos virulentos seres, viene lo más peligroso: el legado de odio, separación y desconfianza que deja entre los que tuvieron la desdicha de padecer bajo su dominio; muchos abogarán por él como un héroe, un mártir, así es la pobre esencia  humana que vencida por la misericordia, la ignorancia o la lástima tiende a endiosar a sus opresores, olvidando que el mal que hicieron vence las disimuladas bondades con las que intentaron cubrir sus desaciertos. Por su parte, los más cuerdos, en silencio y con el temor de que los tentáculos del monstruo sigan lastimando desde el más allá, solamente respirarán con un poco de sosiego y con la esperanza de que luego de tan nefastas sombras puedan llegar días de luz y justicia.