Entre los días 8, 9 y 10 de
abril, nuestra Riobamba tuvo la grata suerte de vivir un trascendental evento
literario al que se denominó 1er Encuentro Internacional de Literatura
Infantil. Este acontecimiento, contó con la presencia de importantes personalidades
literarias de la talla de Hernán Rodríguez Castelo, Jorge Dávila Vásquez, Edna
Iturralde, Leonor Bravo, por citar algunos nombres, que no por mentarlos
desmerece el accionar de los otros participantes nacionales e internacionales.
Quizá por caracterizarnos como una
sociedad de nula o escaza avidez lectora este tipo de acontecimientos no
trascienden, pese a que atrás de ellos existe un esforzado trabajo, en este
caso el aporte de Genoveva Ponce Naranjo, destacada riobambeña que desde
diversas perspectivas profesionales ha dado testimonio de servicio a la cultura
de nuestra ciudad y pese a que su
esfuerzo de golondrina en medio de este verano de desidia y quemeimportismo intelectual
no tuvo la aceptación en el público docente, ni en una gran mayoría de personas
que debieron sentirse complacidas por la realización de un acontecimiento que rompería
el anclaje intelectual que nos agobia, debo decir que acciones como estas deben replicarse a costa
de todo aparente bajo resultado, porque la única manera de llegar a una formidable
realización arranca con un diminuto paso que por lo general es el más difícil,
el que nadie se atreve a dar, el paso incomprendido o criticado, pero al fin un
paso que luego puede volverse historia y legado.
Desde otra perspectiva aplaudo la
presencia de un público con marcada sensibilidad, visión amplia, criterios
firmes, que disfrutó de la presencia de los escritores, aplaudió las ponencias,
participó activamente en los talleres y de seguro se retiró con la satisfacción
de haber vivido una experiencia literaria trascendental, un aprendizaje poco común y una realización personal porque
al final la literatura no es otra cosa que un crecimiento interior desde la
perspectiva de la palabra de otros.
Promover la literatura es empresa
quijotesca frente a la espectacularidad de la diversión cinematográfica, el
hipnotismo de los videojuegos, la sensual y disparatada programación televisiva;
a costa de esto anhelamos que a futuro este encuentro Internacional de Literatura
Infantil se institucionalice y tome forma de una bienal. Aspiramos un público
de mayor empeño en la lectura, unas autoridades educativas con criterios de
apoyo a la capacitación, a la mejora docente y un profesorado motivado hacia el
mundo de los libros.
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