Toda acción educativa es un gesto de amor en bien de la humanidad. Quien educa no edifica murallas, templos, ni magnos monumentos que quizá con el tiempo se disipan y fenecen en la memoria. El educador erige voluntades, forja conciencias, libera espíritus que encadenados a la ignorancia son presa fácil de la opresión y la injusticia; por eso afirmamos que quien educa es un liberador, un trasformador de mundos que aunque no mire la cosecha de su siembra sabe que en algún lugar, cualquier individuo que haya sido producto de esta acción educativa podrá ser una luz que brille con mejor fulgor para sí mismo, para su familia o su comunidad.
Muchas son las personas, comunidades religiosas, instituciones
públicas y privadas que desde las más variadas perspectivas han encaminado su
acción educadora y sin menguar el accionar de todas ellas, esta breve crónica
trata de aproximarnos a uno de los planteles, que por los años de permanencia,
por la categoría de sus logros, por el nivel académico de sus estudiantes y por
la sólida formación espiritual que brinda, se ha transformado en referente de
la educación riobambeña y ecuatoriana: El Colegio “Santa Mariana de Jesús”.
SUS INICIOS COMO COLEGIO PRIMARIO
Si bien es cierto que para el
2013 este plantel es ya una Unidad Educativa, su historia se remonta al 14 de
abril de 1873, cuando Mercedes de Jesús Molina, una mujer extraordinaria, quien
más tarde llegaría a la Beatitud por la generosidad de sus obras, fundó el
Instituto denominado “Santa Mariana de Jesús”, que en primera instancia tuvo su
Casa Matriz en lo que hoy se conoce como La Casa Madre ubicada en las calles
argentinos y Mariana de Jesús. Esta obra inició con un orfanato que atendía a
25 niñas huérfanas. Al respecto Julio Tobar Donoso menciona: “La señorita Molina se propuso fundar una
Congregación que abriera orfelinatos, escuelas y colegios en toda la república;
y desde entonces viene trabajando sin interrupción en pro de la mujer
ecuatoriana”. El mismo Tobar destaca además la figura de Sor Mercedes de
Jesús Molina como: “Ilustre Educadora e
Insigne Bienhechora del Ecuador”.
En 1874, a la naciente
congregación marianita ingresó la señorita María Uquillas mujer de 25 años y de
gran talento práctico, versada en la educación pues se había desempeñado como
docente en su natal Guaranda; fueron estos talentos los que sirvieron para el
fin de sostener la obra en beneficio de las pequeñas huérfanas, porque gracias
a los dotes especiales de esta maestra se pudo abrir un pequeño colegio
primario de externas pensionistas que funcionaba en la misma Casa Matriz y que,
pese a la pobreza y estrechez que tenía, fue bien acogido por las primeras
estudiantes, quienes aportaron una corta pensión como ayuda para mantener la obra en bien de las más
necesitadas. Posteriormente, en el año de 1888, concluido ya el edificio de la
Casa Matriz y con una Congregación Marianita con número suficiente de
profesoras bien formadas, reciben la
Visita Canónica del Ilustrísimo Monseñor
Arsenio Andrade, quien autoriza abrir un colegio primario en Riobamba, en Loja
y en Guano.
Con la finalidad de fortalecer el
naciente centro de educación, -el colegio primario-, no se confunda con la obra
del Instituto, la Madre María Uquillas anhelaba separar este de la Casa Matriz.
Era el año de 1896 cuando los Padres Salesianos fueron desterrados de Riobamba
y regresaron un año después. En este intervalo el Edifico de la Merced fue
ocupado por el Colegio Mariana de Jesús para evitar que la planta física sea
confiscada por el gobierno central. Al regreso de los padres Salesianos, se devolvió
el edificio y esta vez el colegio de las Marianitas ocupó una casa arrendada
cerca de la Plaza de la Concepción y que era propiedad de la Srta. Dolores
Maldonado. Tiempo después se regresaría a la Casa Matriz hasta que en el año de
1909, el colegio se instala definitivamente en el lugar que ocupa en la
actualidad, frente al Mercado Simón Bolívar, más conocido como la Plaza de San
Alfonso. La casa que se adquirió para este fin, ubicada en las calles
argentinos y 5 de junio, fue propiedad de la familia Donoso Cobo.
La primera Superiora del naciente
plantel fue la Madre María Clotilde de San Luis; ella acomodó la casa de de la
mejor manera para el funcionamiento del establecimiento que dirigió durante
ocho años; para este tiempo el promedio de estudiantes era de 200 y fue en esta
misma época en que se adquirió un solar adyacente hasta la calle Tarqui donde posteriormente
se edificaría la actual Capilla.
Entre 1917 y 1923, a la Madre
Clotilde le sucedió en el cargo de Superiora, la Madre Natalia del Buen Pastor
quien llevó adelante la construcción de la edificación de dos pisos que da a la
Plaza de San Alfonso. En primera instancia esta fue mal construida por lo que se
cayó su techumbre; luego se la volvió a levantar dejando el primer piso para el
Salón de Actos y el segundo para aulas y dormitorios del internado.
Entre 1923 y 1929 se nombró, por
segunda ocasión, como Superiora General del Instituto, a la Madre Imelda de San
José y Superiora para el colegio a la Madre Eufrasia del Corazón de Jesús quien
en 1927 puso la primera piedra para la construcción de la Iglesia de San José, ubicada
en la calle Tarqui y que se bendijo el 19 de marzo de 1930 mediante celebración
eucarística del Señor Arzobispo de la Torre. Según las crónicas de las
Marianitas, fue la misma Madre Eufrasia quien construyó la parte de edificio
que faltaba entre el nuevo templo y la casa esquinera de la calle 5 de junio.
LA SECUNDARIA
Una sección de su Acta de Fundación
dice: “Compenetrados hace mucho tiempo
con el ineludible necesidad de fundar un Colegio de Enseñanza Secundaria,
destinado a señoritas […] en un nobilísimo miraje de amplitudes de orden moral,
y por consiguiente del cultural mejoramiento de la juventud femenina […] declaran fundado en forma solemne este
Instituto de Segunda Enseñanza” . Se citan además los nombres de: Dr. Gabriel Moncayo, Sr. Dr. DN.
Carlos Riofrío Andrade, Srta. Luz María Dávalos, Srta. Hortensia Valdivieso
Ch., Srta. Aurelia Mancheno L., como propulsores y benefactores de esta obra.
La Crónica de 1940, redactada por
una hermana marianita con fecha 6 de enero del mismo año, manifiesta: Se busca “proporcionar a la capital de Chimborazo un
centro de cultura para la mujer, para lo cual a partir del mes de enero de 1940
funcionarán en el Colegio “Mariana de Jesús”, clases de contabilidad con sus
materias accesorias, bajo la dirección de un profesor competente y honorable;
además de las clases de corte y confección, bordado, pintura y piano que ya
existen en el colegio primario. Para la
cultura artística se va a fundar una estudiantina donde con profesores especializados
se podrá aprender violín, mandolina y
guitarra. No se ha descuidado el deporte para lo cual se cuenta ya con terreno
apropiado para una cancha de tenis”.
El 14 de julio de 1940 se realiza
la bendición de la primera piedra del edificio del colegio secundario; esta noticia apareció la víspera en el
periódico local “HOJA POPULAR”, con el titular: “Por la educación católica de la mujer riobambeña”.
Un fragmento dice: “Riobamba está , pues de plácemes con este
primer paso que se va a dar mañana en pro
de la enseñanza secundaria católica de la mujer; paso trascendental que la
generosa y noble sociedad riobambeña sabrá impulsarlo con vigor y llevarlo a
términos, como sabe hacerlo con las obras que le son queridas” (Crónicas marianitas
de 1940)
El 15 de octubre de 1940 fue el
día oficialmente señalado para la apertura del Colegio Secundario, habiéndose
matriculado en el primer año 36 estudiantes y 10 religiosas marianitas. Acerca
del nombre del naciente plantel, se pensó poner a la sección secundaria “Instituto
Mercedes de Jesús”, pero consultando el caso con el ministerio de educación,
contestó que el permiso para abrirlo se había dado con el título de “Mariana de
Jesús”, y que para cambiarlo había que solicitar de nuevo el permiso; como esto
no fue posible quedó el nombre de la “Azucena de Quito” para las dos secciones.
Para el primer año lectivo 1940 –
1941, que la institución funcionó con su sección secundaria, el personal administrativo y docente fueron:
Dr. Virgilio Corral, Rector, médico del colegio y profesor de Historia. Madre
Benigna del Santísimo Sacramento, Prefecta de estudios. Madre Carmen Amelia de
Jesús, secretaria y profesora de Castellano y Cívica. Madre Graciela de San
Roque, inspectora y profesora de Educación Física, Madre Clara de San José,
profesora de labores. R.P. Eliecer L. Fajardo S.J., profesor de Religión y de latín.
Padre José Bolaños, profesor de griego. Sr. Dr. Alberto Corral, profesor de
Moral y Urbanidad. Sr. Dr. Carlos Alvear, profesor de francés. Sr. DN. Aurelio
Samaniego Díaz, profesor de inglés. Srta. Antonieta Sánchez, profesora de
matemáticas. Sra. María Esther Neira de Abdo, profesora de Geografía. Colaboraron además: Sr. DN. Paco Moncayo, Madre Clara de SN. José Bedoya, R.P.
José María Bolaños S. J., Sr. Dr. DN. Carlos Riofrío Andrade, Madre Úrsula del
N.J. Bustamante, quienes laboraron con el apoyo de las alumnas maestras Madres:
Carmen Amelia Torres, Amparo González, Lucrecia Muñoz, Graciela Mancheno y
Florencia Mideros.
Las primeras bachilleres del
Colegio secundario, promoción 1940 - 1946 fueron: Nelda Haro, Laura Corral, Lucrecia Larrea, Beatriz Navarrete,
Lucía Dávalos, Eleana Gallegos, Lucía Ayerve, Mariana Pazmiño, Sara Falconí,
Lola Noriega, Olga Aguirre, Olga Guerra.
En cuanto al espacio y a la
planta física con la que cuenta el plantel en la actualidad, este fue ampliado
y mejorado a través de los años mediante compras sucesivas, por ejemplo un
breve tramo comprendido en la calle 5 de junio fue comprado a la Sra. Pola El espacio esquinero que comprende la
construcción de las calles Orozco y tarqui perteneció a la Familia Falconí
Ramos; siguiendo este tramo hacia la calle Tarqui, lo que hoy es la entrada a
la Comunidad, perteneció a la familia Naranjo Larrea.
Entre 1988 y 1990, durante el
rectorado de la Madre Luzmila Haro, se derroca la antigua construcción que daba
a la esquina de la calle Orozco y argentinos y que era conocida como “La
Casona”. En este espacio se levanta lo que conocemos como el colegio nuevo y que
fue inaugurado en el año de 1993 bajo la rectoría de la Madre Violeta Chávez y
el vicerrectorado de la Madre Esthela Chávez.
Para un período posterior comprendido entre 1994 y 1995, se construye la
edificación que sirve como espacio para las hermanas de la comunidad, mismo que
se ubica en el segmento de la calle Tarqui. Esta obra se concretó bajo la
dirección de la Hna. Blanca Rodríguez Fierro, quien para ese entonces asumió el
cargo de Superiora de la Institución.
Ante esta labor, se destacan dos
elementos cruciales en la obra de la Beata ecuatoriana. En primer lugar su
visión de avanzada que en su época consideró la situación de olvido y
marginación en que vivía la mujer y que era imprescindible transformar; el otro
aspecto va ligado a la necesidad de fortalecer la educación nacional, por lo
cual una de las banderas de trabajo de este instituto que inició en Riobamba y
trascendió más allá de las fronteras,
se dirigió hacia una educación integral, basada no solo en aprendizajes
académicos sino en experiencias espirituales que conduzcan a las personas a un
mejor nivel de vida; junto a estos dos
aspectos la Comunidad Marianita tiene a su haber el trabajo apostólico, la
visión hacia el marginado, al desposeído a quien tiende la mano no solo para
dotarle de pan o apoyo material sino para elevarlo como ser humano con igualdad
de derechos ante un Cristo que reclama justicia y dignidad para todos.
Esta institución se ha destacado
por sus triunfos en todos los ámbitos, ha sido referente y cuna de
profesionales de primera línea, deportistas, oradoras, maestras, misioneras y
más valiosas mujeres que hasta la actualidad y ya con 140 años de servicio a la
colectividad sigue abriendo camino para las nuevas generaciones. Esta breve
crónica es una aproximación histórica que enfatiza ese trabajo y que se
concreta gracias a las voces de hermanas religiosas, ex alumnas, docentes y
administrativos de la Unidad Educativa “Santa Mariana de Jesús” del 2013 que
supieron colaborar con su información para la estructuración de la misma.
Es grande para Riobamba saber que
una obra trascendental haya surgido en estas tierras; una misión que traspasa
fronteras, nacionalidades credos y que de alguna manera ubica al Corazón de la
Patria en miles de corazones que sin ni siquiera conocer esta urbe saben que
aquí se plantó una fructífera simiente que ha llevado educación, ayuda y
esperanza a los cinco continentes con la premisa de “Ser amor misericordioso
donde hay dolor humano”.
3 comentarios:
Que gusto que me da haber encontrado esta pagina donde veo el nombre de la tia de mi mami Eufracia del corazon de Jesus tengo lindos recuerdos.
Saludos, bonita e impresionante historia. Me gustaría saber si la Congregación de las Marianitas se fundó en el edificio Riobamba centro, ahí existe una placa recordatoria que se refiere al 14 de abril de 1873. También en una revista se refiere a que la primera sede del Colegio Riobamba estuvo ubicada en la esquina de la Orozco y Cinco de Junio. Gracias.
Me ha encantado la reseña histórica ,lo malo es que de la década del 70 no hay ningún tipo de reseña ,recuerdo a la madre ISABEL, MADRE LAURA PAREDES,MADRE ZOILITA un encanto de religiosa.
Lindos recuerdos.
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