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miércoles, 8 de marzo de 2017

Mujer ayer y hoy

Somos la sociedad del siglo XXI, una sociedad que se ha desarrollado entre escombros, políticas y revoluciones. Una sociedad  asaltada por  la guerra, la delincuencia, la violencia absurda y la soledad. Pero entre todas estas contrariedades siempre ha existido una luz que recibe el nombre de mujer.

Desde los albores del tiempo, la imagen de la mujer ha sido la orientación para el nacimiento de los grandes pueblos. Desde la lejana comunidad primitiva donde su labor era medida en razón de su divinidad para producir la tierra; hasta el mismo mundo contemporáneo, que con su carga de dificultades y evoluciones requiere de la energía, la paciencia y la entrega que muchas veces solo una mujer es capaz de darla.

Tan valioso es el aporte que la mujer ha dado a la sociedad, que personalmente me atrevo a decir que sin mujer no existiría sociedad, porque la sociedad es el resultado de todo ese cúmulo de paciencia fomentada al pie de una cuna en largas noches de desvelos y fatigas que a la mujer la convierten en madre.

No con esto quiero decir que la maternidad es el único camino para la realización de la mujer porque en sus manos yace el compromiso innato de construir un mundo diferente, de formar una sociedad distinta, donde por fin se sepulten los individualismo y mezquindades que a pocos ha decorado con el bienestar de la opulencia, mientras la mayoría lleva en los ojos la sombra de la tristeza diaria que muchas veces tiene el sabor de un pan ausente o la risa triste del niño desnutrido.

No pretendo escribir sobre feminismo o machismo, porque esas son las fuerzas negras que impiden que nuestra sociedad avance. Pretendo escribir sobre igualdad, es decir, presente y futuro. No podemos quedarnos atados a un pasado donde el sexo femenino fue pisoteado de manera absurda y no por culpa única de los hombres, sino también de las mismas mujeres que con su silencio y pasividad se convierten en cómplices del atropello.

Urge una sociedad libre que no se siga hundiendo en el fango de una violencia atroz e injustificada en contra del sexo femenino. De una sociedad nueva que realmente valore todos los triunfos y éxitos que la mujer ha conquistado en los distintos campos políticos, científicos, intelectuales y sociales.

La mujer siempre presente en todas las épocas. Hoy más que nunca con el reto de enfrentar la responsabilidad del trabajo diario y al mismo tiempo de luchar contra la tiranía, la violencia, la pornografía o la droga. Mujer ser dimensional y planetario que aquí como en el último rincón del mundo entretejes los ideales porque sabes que no hacen falta alas para hacer un sueño, basta con las manos y con el empeño. No hacen falta alas para ser más bellos, basta el buen sentido del amor inmenso. Ser mujer significa saber que la vida solo tiene sentido, si nos comprometemos a dejar este mundo que nos tocó vivir, mejor de lo que lo encontramos.

Mujer: eres forjadora de tu destino, tus metas, tus ideales. En tus manos y corazón están presentes todas aquellas almas que te hicieron la conquistadora de un nuevo tiempo y que te dan la convicción de llamar al hombre para que sea verdadero compañero en el transitar de la existencia. Hemos conquistado el espacio, el tiempo, la gravedad, y tantos secretos que la naturaleza esconde, pero es el momento de conquistar el don de la pareja humana regida en igualdad de pensamiento, sentimiento deberes y derechos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Felicitaciones por esas grandes y verdades palabras sobre las mujeres si todos pensarán así el mundo sería diferente.

Unknown dijo...

Las cálidas palabras de este artículo hace que nuestra lucha diaria halle sentido, que nuestros sueños e ideales se fragüen en la silueta de la esperanza que consume los corazones cansados y los revitaliza de ilusiones, de sonrisas apacibles y de sueños que sin duda alguna se tornan reales.

Gracias por reconocer el valor de nosotras las mujeres, gracias a los grandes caballeros como usted que alzan su eco para enaltecer a la mujer, gracias por ser nuestra voz, por recordar diariamente que cada fémina es una estrella brillante, un corazón ardiente, una lágrima escondida, un grito vivo y una voz que existe. Mil gracias por todo.