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sábado, 22 de enero de 2011

Los nuevos desafíos de la educación I

La aprobación de la nueva Ley de Educación Intercultural, abre un inmenso horizonte para el quehacer educativo de nuestro país. Las propuestas de evaluación a todos los actores, la participación directa de padres de familia, la profesionalización para los docentes, el cumplimiento de estándares, son entre otras las innovaciones que, según manifiestan los entendidos, pretenden desarraigarnos del abismo educativo en el que hemos caído. Es indiscutible que en una sociedad dinámica y de constante cambio como la que vivimos se torna urgente buscar nuevas direcciones para no seguir anclados al pasado. Era inadmisible que a las nuevas generaciones se las pretenda educar con metodologías, criterios y hasta contenidos ajenos a la realidad que vivimos.

La educación de los individuos siempre debe considerar el entorno en que este se desenvuelve, porque para bien o para mal, la economía, la política y la sociedad misma, son factores determinantes de todo proceso educativo. Por esta razón, para educar hay que estudiar, analizar e interpretar el medio, para así comprenderlo, y a partir de la realidad, dirigir la labor de las aulas. Vemos como la globalización nos ha llevado a una somera visión de todo el planeta, pero no por ello a una justa o eficiente comprensión del mismo. Al contrario: el culto a la superficialidad, el relativismo moral, la exagerada tendencia al placer y la fiesta nos han convertido en seres vacíos con profundas crisis de valores.

El deterioro de la familia, la falta de autoridad de los padres, el permisivismo al que se han acostumbrado nuestros niños y jóvenes claramente confluyen en la pérdida de autoridad del maestro quien ya no puede orientar o corregir so pena de ser considerado agresor de una niñez o juventud a la que a pretexto de sus derechos se la conduce al barranco del quemeimportismo y el libertinaje.

Las redes sociales nos permiten conectarnos en línea con otra persona en cualquier lugar del orbe, pero somos incapaces de relacionarnos con quien está a nuestro lado. Los avances tecnológicos que prometían mejorar la comunicación humana nos han conducido a estados de severo autismo, donde los usuarios de celulares, laptops, tabletas electrónicas, entre otros inventos, se apartan del universo real para vivir experiencias de ficción fuera de su mundo familiar y social. Incluso la idolatría que sentimos por la tecnología, hace que no cuestionemos ninguno de sus principios y la llevemos a un nivel de absoluta certeza, olvidando que es esta la que debe estar al servicio del hombre y no como hoy ocurre, que somos nosotros quienes hemos sido esclavizados por lo tecnológico.

La perspectiva frente a la vida natural, a las especies, a lo ecológico, ha planteado en nuestras sociedades trascendentales retos de supervivencia. La responsabilidad que tenemos no solo con el planeta sino con las generaciones venideras obliga a una reeducación que optimice los recursos de la naturaleza descartando su mera utilidad económica y exigiendo una cultura de respeto a todo ser vivo, de manera especial a los animales a quienes bajo ningún criterio de tradición o festejo se los puede utilizar para fines que incluyan maltrato o tortura.

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