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viernes, 29 de enero de 2010

LA EDAD DE LA BARBARIE

En un artículo anterior hice referencia a la obra “La rebelión de las masas”, del autor José Ortega y Gasset, más por la profundidad de su pensamiento, hago alusión a uno de sus capítulos que considero vitales para la época que vivimos. Muchos dirán que la “barbarie” propia de la edad media es parte de la historia, pero si analizamos el modo de vida que tenemos, nos damos cuenta que el espíritu bárbaro del ser humano actual, es decir su poca o ninguna relación con la cultura o la civilización es evidente.

“La vida se halla amenazada de degeneración”. El mundo moderno ha creado un nuevo estereotipo de humano que es el hombre bárbaro. Este hombre es el resultado de la era moderna, se originó a finales del siglo XX donde la tecnología despunta con avances y descubrimientos relevantes, mas llega a crear en la gente un estado de inconciencia porque tienen todo al alcance de la mano. Es fácil mirar extensos supermercados abarrotados de productos, pero nuestras generaciones ignoran el gran esfuerzo humano que está atrás de estos logros. No se conoce ni valora el gran reto que implica mantener en el mercado medicinas, artículos de primera necesidad y/o servicios básicos. Tenemos una increíble actitud con los servicios de agua potable y luz eléctrica, que llegamos a desperdiciarlos bárbaramente como si nunca fueran a extinguirse.

Diariamente producimos inmensas cantidades de basura, la contaminación, la producción innecesaria de ruido y tantos atentados en contra del medio ambiente nos ubican en la categoría de bárbaros. NO podemos llamarnos civilizados si existen tantos niños y niñas desprotegidos en las calles. Un pueblo civilizado no deja morir a sus ancianos en las veredas ni permite que criminalmente se cierren hospitales o centros de atención médica. La era actual rinde tributo a la apariencia física y se olvida del ser espiritual. Se ha perdido el romanticismo en la relación hombre- mujer; Se prefiere vivir bajo un régimen de autoridad absoluta y se evita vivir bajo un régimen de discusión.

¡Tenemos que cambiar! Debemos poner un alto a todos estos atentados en contra de la vida. Iniciemos en nuestros hogares solucionando las fugas de agua, empleando menos tiempo al tomar nuestro baño diario, recogiendo la basura que se halla al frente de nuestra casa; o más aún, saludando con cariño a quienes habitan con nosotros.

Es el momento de encabezar una rebelión, pero no una revuelta criminal que vaya en contra la vida o la dignidad de otros seres humanos. La verdadera y única rebelión es la que la hace cada uno con su comportamiento. Impidamos que el primitivismo renazca en nuevas hordas de pueblos sin pensamiento propio, arrastrados por una publicidad mediocre, por un mercantilismo intolerable. No seamos esclavos de un celular el cual cambiamos cada tres meses solo porque el nuevo modelo es más bonito. Que nuestro esfuerzo no vaya encaminado a aparentar una posición económica que no tenemos o a fingir un estilo de vida que ni siquiera tiene comparación con nuestros ingresos económicos. No seamos seres primitivos. La verdadera civilización es demostrar nuestras virtudes, nuestra fortaleza para vencer obstáculos y evidentemente nuestra capacidad para amar y hacer lo correcto aunque la mayoría del mundo haga lo que no debe.

1 comentario:

Caterine Carrasco dijo...

Esta publicación de este artículo me ha parecido muy interesante y a la vez recalco, que gracias a él, me e dado cuenta que mi mundo se esta dejando llevar por un mundo de barbarie en donde ya no existe la opinión personal ni la autenticidad, saber que somos los propios destructores de nuestro mundo, me ha hecho sentir como una amenaza ante él. A la vez felicito al autor de este artículo, ya que por medio de sus ideas a transmitido, no una noticia, sino más bien una realidad que día a día vivimos, y que sin darnos cuenta somos parte de ello. Tratar de cambiar nuestro mundo si se ve muy difícil y complicado, pero está en nosotros querer para poder, tan solo debemos vencer nuestros obstáculos así como lo dice aquí, ser capaces de amar de una forma desinteresada y sobretodo hacer lo correcto aunque el mundo no haga lo mismo. Es por eso que este artículo para mí se ha vuelto muy interesante y debo decirlo es muy valioso ya que enseña y te hace reflexionar de cómo estás tú viviendo y cómo te pide nuestra tierra que la cuidemos.