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viernes, 29 de enero de 2010

LAS CRUCES SOBRE EL AGUA

La cruz es un elemento que generalmente lo relacionamos con la religión, con la redención cristiana o como un símbolo sagrado frente al cual nos descubrimos o persignamos. Para la época de Cristo, era un elemento de tortura, de deshonra y hasta de vergüenza. También para muchos es una señal de muerte, de tristeza. En este mes de noviembre que hemos vivido la celebración de los finados incluso se pudo apreciar en los cementerios los variados materiales con los que las elaboran; desde la tosca piedra hasta el más fino mármol, desde una cruz pintada sobre una lápida un tanto destartalada, hasta la lujosa cruz fundida en bronce. En fin se podría decir que hasta en el camposanto queremos marcar diferencias económicas que ya no importan. Como si la mejor bóveda, cripta o mausoleo diera más comodidad al que yace bajo la fosa.

Una de las grandes novelas ecuatorianas lleva precisamente como título, el mismo encabezado que me sirve para este artículo. Las cruces sobre el agua, reviven uno de los hechos más bochornosos y a la vez heroicos de la vida republicana de nuestro país. EL movimiento obrero del 15 de Noviembre de 1922, donde grandes grupos de trabajadores se levantaron contra el gobierno del entonces Presidente José Luis Tamayo, reclamando como ya sabemos mejores condiciones de vida para todos y a cambio recibieron bala limpia por parte del ejército; según cuentan las crónicas, a los cuerpos de los muertos y aún de los moribundos, a punta de bayoneta se les abrió el vientre, para luego lanzarlos al río Guayas. Como consecuencia de aquello, impensadamente aparecían sobre el río cruces de balsa que flotaban sobre sus aguas como signo de esperanza y reclamo del pueblo ecuatoriano.

Mas desde aquel año has el presente, la corrupción el robo, el atropello a las clase más desposeídas es atroz, al punto que muchas persona dicen que en este país ya no se vive, sino se “sobrevive”. Lo que veo mas triste todavía es que la defensa de los derechos por parte de obreros, trabajadores, se ha convertido en una cuestión política y muchas veces solo es un pretexto para no trabajar. Si exigimos derechos, luchemos por esos derechos. No seamos revolucionarios solo de horas de trabajo. Al verdadero luchador no le importa dejar la tranquilidad de su casa, su familia, su mismo tiempo con tal de luchar y defender sus convicciones. Pero que triste fue mirar como los servidores públicos que se decían en paro, llegado el feriado se fueron también de vacaciones como si para la lucha o la conquista de ideales hubiese feriado. Si hacemos algo, hagámoslo bien. Pienso que una gran muestra de protesta hubiese sido trabajar los días de feriado a cambio de todos los días no laborados, para que las autoridades entiendan que se exige derechos pero también se cumple con deberes.

Ahora somos nosotros quienes ponemos cruces sobre la educación, sobre la vida, sobre esta Patria que espera que no solo pidamos sino también contribuyamos. No sepultemos a nuestro Ecuador, no perdamos nuestra capacidad de asombro frente a la corrupción, la troncha política o el atropello a los elementales derechos humanos. Miremos estos males como lo que realmente es: “el cáncer de todo pueblo”, Espero que no asistamos al fin de esta tierra que a nosotros no nos ha costado mucho, pero que para muchos de nuestros patriotas, libertadores, pensadores, les costó su paz y hasta su misma sangre.

Basta de cruces sobre la dignidad y la vida de nuestro pueblo.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Gabriela Quito

Sexto fima

a mi me pareció una novela muy interesante porque cuenta de las cruces que desde hace siglos hemos tenido desde Cristo y ahora también desde el campo santo que todos quieren dar lo mejor para la persona que esta muerta y que nuestro país ya no vive sino sobrevive porque todo lo han llevado a la ambición y a la corrupción y solo pensar en uno mismo y ahora nosotros ponemos cruces y luchemos por nuestros derechos y que a todas los antepasados les a costado su paz y sangre y que debemos de dejar de ponernos cruces en nuestro pueblo ni en nosotros mismo para poder sobresalir y dejar todo para ser un país mejor

Unknown dijo...

Gabriela Quito

Sexto fima

a mi me pareció una novela muy interesante porque cuenta de las cruces que desde hace siglos hemos tenido desde Cristo y ahora también desde el campo santo que todos quieren dar lo mejor para la persona que esta muerta y que nuestro país ya no vive sino sobrevive porque todo lo han llevado a la ambición y a la corrupción y solo pensar en uno mismo y ahora nosotros ponemos cruces y luchemos por nuestros derechos y que a todas los antepasados les a costado su paz y sangre y que debemos de dejar de ponernos cruces en nuestro pueblo ni en nosotros mismo para poder sobresalir y dejar todo para ser un país mejor

Lizbeth Alvarez dijo...

Lizbeth Alvarez
El artículo “Las cruces sobre el agua” me parece muy interesante ya que nos enseña que:

COMENTARIO: cualquier situación en la que nos encontremos por más dificultades que parezca no debemos desmayar, ni echarnos para atrás , si no continuar siempre firmes con nuestro objetivo bien claro para así con la ayuda de Dios y nuestro propio esfuerzo alcanzar ese tan anhelado sueño, el cual va ser de mucho provecho para cada uno de nosotros, no hará crecer como seres humanos que somos y nos constituirá el incentivo principal para seguir luchando no solo por un sueño personal si no contribuir también en la realización personal de los seres humanos que al igual que nosotros tratan de sobrevivir y sobre salir en medio de una sociedad hundida en la bendita corrupción en la cual no existirá otra salida a más de unirnos y formar parte de esa gran masa mediocre a la que la mayor parte de las personas en las que a un existe los valores y las buenas costumbres tratan de caer en eso porque tanto trabajo y esfuerzo no puede ser digno de una recompensa tan baja