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martes, 29 de diciembre de 2009

DECISIONES ACERTADAS

Cuántas veces, al momento de realizar una actividad, acudir a una reunión o tomar una decisión, lo hacemos supeditados a presiones exteriores: “El qué dirán”, la apariencias, las convicciones religiosas, la presión de cumplir ante un autoridad; la fuerza del deber, nos conducen a obrar en contra de nuestra voluntad y decidir sin el uso de nuestra plena conciencia.

Los sentimientos arraigados, la compasión, el repetitivo “amor al prójimo” que nos inculcaron desde hace centurias, se tornan rémoras frente a lo que muchas veces sabemos es correcto, pero no lo decidimos amparados en un falso sentido de desprendimiento; el temor a ser tachados como egoístas nos conduce a comportamientos ajenos a nuestro albedrío. En otro sentido, son incontables las decisiones que sobre la base de la satisfacción de un placer inmediato nos lleva a transitar por caminos erróneos donde el logro momentáneo del deseo se torna en frustración o vacío.

Cada día nos enfrentamos al reto de decidir: Lo que vamos a vestir, las actividades que cumpliremos y las que no, las llamadas a realizarse, la hora de dormir, el candidato por quien vamos a votar y un sinnúmero de acciones donde se percibe el nivel de autonomía que ejercemos en nuestras vidas. Éste principio de autonomía, es lo que da valor a una decisión. Partir de un principio de libertad, donde exentos de influencias del entorno o de la obnubilación sentimental decidamos lo que queremos. Obviamente, al mencionar libertad, se añade a ella el valor intrínseco de la responsabilidad, valor que legitima la decisión tomada y nos conduce a la estabilidad emocional.

A la hora de tomar una decisión es vital partir del “yo”. Sé que esta afirmación atenta contra todo lo que hemos aprendido, sobretodo en el caso de quienes llevamos el peso de la religión a nuestras espaldas, un conjunto de dogmas donde nos condicionan al renunciamiento de nuestra individualidad como condición necesaria para la conquista de una felicidad hipotética. El resultado: cientos de relaciones basadas en la costumbre, numerosos profesionales que ejercen oficios que no disfrutan, personas ejecutando labores “porque ya no queda otra”. El propio “yo” decide la forma cómo desea vivir. Sólo un “yo” netamente realizado genera la energía creadora que al agrandarlo a sí mismo, permite el crecimiento de su contexto. Un “yo” frustrado no puede promover ningún tipo de realización humana, porque nadie puede entregar lo que no posee.

Luego de valorar el “yo” como eje de las decisiones a tomarse, visualicemos el objetivo a seguir (claro, alcanzable, real); fijemos el tiempo a emplear en la consecución de lo propuesto, así como los medios que emplearemos para lograrlo. No olvidemos que siempre atrás de una elección existe una renuncia y que cada decisión tomada tiene una consecuencia. Cada ser humano tiene su propio poder de elección. Debemos aprender a tomar nuestras propias decisiones; no importa que erremos porque para aprender necesitamos equivocarnos y de esta forma, alcanzar el proyecto de vida que pretendemos lograr para cada uno de nosotros.

3 comentarios:

Unknown dijo...

PAOLA URQUIZO
La historia que lei es muy interesante me hizo reflexionar en todo lo que hecho en mi vida. Que siempre en nuestra vida hay que tomar decisiones correctas e incorrectas que aveces perjudica a los seres mas queridos pero es el rol de nuestra vida tener nuestra personalidad e individualidad propia, puesto que las equivocaciones o desaciertos aprendemos muchas cosas buenas para nuestra vida. Y nos fortaleceran en nuestro proyecto de vida que queramos alcanzar, las decisones en si estan vinculas en cada momento de nuestro existir ya sea en nuestro trabajo, colegio, amistades y nuestra familia tomando en cuenta siempre nuestros sentimientos y los valores propios de nuestra personalidad que nos haran engradecer; siempre y cuando no seamos egoistas, ya que debemos actuar con responsabilidad, las malas decisiones en su totalidad se dan por actividades u oficios que no se disfrutan pues no tenemos en claro lo que estamos realizando, por eso en la vida hay que tomar decisiones pensando siempre en una solo persona “YO”

Unknown dijo...

la verdad al leer me hizo reflexionar mucho y de como yo también le tome a mi vida así primero en lo externo y después ver mis sentimientos mis sueños y pienso que por ser Humano tengo el deber de no equivocarme es mentira porque mientras mas errores tienes mas experiencia posees y sabe como salir en un problema que la vida por tan linda te va a dar solo me queda decir SUERTE en esas decisiones... FLORCITA CABRERA

Unknown dijo...

Me ayudo a reflexionar nuestra vida esta llena de toma de desiciones en donde debemos estar preparados para decir si cuando sea conveniente y asi no tambien cuando lo sea conveniente las desiciones que tomemos deben estar basadas en el bien propio y en de los demas que nuestras desicones no hagan daño a los q nos rodean, peroo siempre en primer lugar yo si importarme el que diran a la forma distinta de pensar de los demas esta en mi tomar una desicion correcta en bien propio.
Domenica Cujano.
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