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martes, 29 de diciembre de 2009

DERECHOS Y MÁS DERECHOS

Nada extraño, que cada 10 de Diciembre, a nivel nacional e internacional, se levanten oleadas de aclamaciones a favor de los Derechos Humanos. Esta declaración universal, adoptada en diciembre de 1948 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y compuesta de 30 artículos, busca promover y potenciar el respeto por los derechos de las personas y las libertades fundamentales.

La iniciativa internacional, por lo menos, ha servido para discutir sobre el tema. En la práctica, no deja de ser una lírica declaración recluida en un papel, y nada aplicada en los países del mundo. Al menos en el nuestro, no podemos aseverar que tales derechos se cumplan. Si partimos del respeto a la vida, vemos como, casi toda la población ecuatoriana, es silenciosa y lentamente asesinada cada día con políticas económicas y de Estado que estrangulan la vida. Muchos hablan de respetar la existencia, al no quitarla de manera violenta, pero, ¿acaso no es un crimen abominable la manera como los regímenes de turno asesinan con su corrupción o maquiavelismo? Sin mencionar de manera “destacada”, todos los crímenes sumergidos en la impunidad y atropello de las inoperantes casas de salud.


Los derechos pregonan la educación como inalienable derecho para las personas. En nuestro país, esta actividad, hoy es un lucrativo negocio que segrega al estilo medieval a cuantos carecen de un notable rubro económico para solventar sus estudios en un determinado centro educativo de cualquier nivel. Las instituciones educativas gubernamentales, por regla general, ni siquiera cuentan con aulas ni mobiliario adecuados para la enseñanza - aprendizaje. Y aunque sea increíble, en pleno siglo XXI, en Ecuador, aún concurren índices de analfabetismo.

El derecho a la libre expresión, no existe al momento de manifestar nuestros criterios, so pena de recibir un trato discriminativo en nuestros puestos de trabajo, en la misma relación de amigos, pareja, donde nos vemos forzados a esconder lo que en verdad deberíamos decir, para no “ser mal vistos” por nuestra idiosincrasia.

Se habla sobre, el derecho a la inviolabilidad de domicilio, pero, no tenemos un domicilio cierto. En nuestro país, la vivienda de muchos compatriotas es un envoltijo de plástico, palos retorcidos, covachas sobre el fango. En otros casos, los ecuatorianos somos víctimas de arriendos usureros, que limitan nuestras posibilidades de existir con dignidad.

Es necesario también, citar aquellos derechos que deberían por lo menos mencionarse como elementos para el crecimiento personal. El derecho a no estar donde queremos. Es decir, poder abandonar o no acudir a un sitio que en realidad no deseemos. Al obrar por exigencia y no por libre albedrío, perdemos nuestra esencia humana; nos volvemos prisioneros de las circunstancias y así arrastramos cadenas generalmente impuestas por alguna religión carcelera y depresiva.

Juzgo necesario, sobredimensionar el derecho a amar. Amar nuestros sueños, nuestros ideales, la carrera que elegiremos. La persona con la cual vamos a compartir este hoy, que si no lo aprovechamos se escurre indetenible entre nuestras manos.

Con toda pasión, amar esa extraña paz que sólo cada uno de nosotros podemos lograr, sobre la base de decisiones valientes y orientadas a una verdadera libertad de ser, creer y obrar.

El derecho al delirio, como decía Eduardo Galeano, creer en un nuevo mundo, un distinto horizonte donde se derrumben barreras de prejuicios, que nos han condenado a ser pecadores desde antes de nacer para luego ofrecernos un cielo hipotético como consuelo a una tristeza que buscan sembrarnos en el corazón. El derecho a delirar con una vida de reales seres humanos y no tristes sombras al servicio de las conveniencias, caprichos o deseos de otras personas, que siendo igual de valiosas nos pueden condenar a existir bajo de lo humano.

1 comentario:

Lu dijo...

Todas las personas tenemos derechos amar, a vivir, a ser libres, sabemos que en nuestro país ya existen derechos como la educación, a una mejor vivienda pero aun todavía tenemos una mentalidad en la cual no damos a respetar nuestros derechos por ejemplo la libre expresión , la libre expresión de poder decir las cosas como en realidad son decir la verdad pero adecuadamente decir lo justo , toda persona tiene derechos que deben ser cumplidos.

Lourdes Peralvo 3ro QuiBio